El otoño es una de las mejores épocas para disfrutar de los caminos y de la montaña. Temperaturas suaves, paisajes ocres con las hojas cayendo... Y una ansiedad, por aprovechar la poca luz que me queda al salir de trabajar, entre semana, antes de que cambien la hora y me suman en la penumbra los próximos meses.

Tanto es así que hemos acabado la semana con 190km que ni me lo esperaba ni estaba planificado. Un par de salidas vespertinas, sumadas al estreno carreteril de unos slicks que me he comprado para poner la 29r en el rodillo, acabando la semana con salida con el club. 

Parece que la bici sigue de moda, y es que, salimos 17 bikers a disfrutar de los caminos, y es todo un placer ir charlando mientras vas en cabeza o te dejas caer a cola del grupo para ir cambiando de conversación. ¡Como mola el ciclismo acompañado y que poco lo aprovecho!

La salida no tuvo prácticamente ningún misterio, vuelta de lo más plano que tenemos por aqui, +650m de desnivel en 60km. Lo bueno que a pesar de estar en baja forma, fui con el pulso flojo, flojo parece que poco a poco voy haciendo poso ciclista. Salvo la subida del día que hubo que apretar un poco y un pique-sprint, rodamos muy tranquilos.

Por lo demás ya tengo las luces cargaditas y el plan para el mes que viene definido. De momento y hasta Diciembre rodar, salir, hacer un poco lo que apetezca. A continuación un parón de semana, llevo unos meses light y no creo que haga falta más, en el puente de la constitución. Después a empezar con el entreno.

Volveremos al rodillo 2+2, dos de rodillo y dos de calle. 12+8 semanas que justo acaban en Monegros, espero no fallar, ninguna semana. Y meter un poco mas de caña que creo que hago los entrenos muy light!